jueves, octubre 27, 2005

EN MITÁ DE UNA PLAZA SIN NOMBRE

No era una mujer
era un montón de arrugas,
un abrigo rojo,
dos párpados hinchados,
una sonrisa hacia abajo,
la cara triste del teatro;
un homenaje a la tristeza si quieres,
pero no era una mujer
que va,
era una mancha de vino seca, en un banco de piedra
en mitad de una plaza sin nombre.

La mosquita. traduciendo lo que ve cuando sale a caballo. Con las antenas estiradas para que cuando viaje por las calles, casi cine.

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