jueves, diciembre 23, 2004

OPCIONES

Se preguntaba cuál elegiría. Por un momento pensó en escoger patada pero demasiado hostil, y hueco y que tal vez en otro momento pero que ahora era todo menos brío. Después pensó que silencio y expectativa pero aquello sólo era contar los días, y después los meses y un soñar coincidencias como el primer día y la muerte con perspectivas que es de todas la peor muerte. Otra la pared, pero las cuatro y el traje blanco y la saliva y ningún ring ni round sólo red, pero del que pinta y duele. Y por último la palabra, la que nunca ha habido, la que salva el cuello, la que ordena y desordena, la que abre los ojos porque ya cerrados, la que atraviesa la carne y luego abandona, libre porque ya es un no poder más y como dice un amigo, lo peor es que todo una tontería, y se debatía porque aún orgullo y ganas de no caer ni querer más chicles en el pelo, pero tenía que elegir antes de acabar con todo, antes que el alma a los pies, antes de que sólo pies y uñas y tierra y noche, y entonces ya ni palabra, ni silencio ni pared, ni muerte. Sólo el negro, la madera y el frío.

La mosquita

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