jueves, enero 13, 2005

EL FARO

Ni subía escaleras ni custodiaba el mar, pero igual,
porque allí en lo alto, también el aire en el pelo.
Y la calma.
Y sus manos en la barandilla.
Mientras las conversaciones ola, que murmuran como a pedazos.
Y ese mirar espejismo a pesar de los naufragios.
Y la barbilla saliendo del pecho porque allí bengala y casi cielo.
Ni gaviotas ni sal, pero ya digo, igual
porque también riberas pero de coches
Y el abismo de los acantilados en cada esquina.
Y la tempestad de cierres cuando ya noche.
Y frente a él más faros pero vacíos,
Sólo Hopper tras las ventanas.
Ni barcos, ni candil gigante, ya sé, pero igual, porque allí sólo, porque allí el único lugar, porque balcón en su casa.




La mosquita.

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