martes, noviembre 16, 2004

SAXO NEGRO

Y pensé que sería un domingo menos, un día más de sólo periódicos, y pies encima de la mesa y comida a deshoras y ficción en blanco y negro, con cigarrillos mal apagados. Pero no, porque con la noche vino el hombre de mirada extravagante y me llevó en metro hasta África, entonces todo negro charol y collares que eran serpientes y esmeraldas y culos batidora y trompetas lanza y sudor tibio y saxofones que mil arañas en mi cuerpo y la espuma de cerveza y el humo y la noche allí arriba y las cabezas saltando alrededor jadeando al tipo que sin descanso, que una y otra vez, que fuera de sí, que su pecho el mío, y sus labios agua, un dejarse llevar, sin casis, ni por pocos, por fin, el todo o nada.

Al, gracias por Femi Kuti.

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