lunes, abril 04, 2005

HE VUELTO

jou, lo siento...es que al final vacaciones hasta ayer. También playita.

Lo prometido.
Fue el mes pasado. Lo del viaje, digo.
El autobús de las tres y media arranca con treinta minutos de retraso. Nadie se pone nervioso.
Sin embargo el conductor se siente en deuda con todos nosotros. Cambia las marchas mientras coge el micrófono del salpicadero, uno, dos, probando probando y se lanza a hablar como si fuese el piloto de un avión.

16.00 "Buenas tardes, lo lamento muchísimo. Lo lamento de veras. Sé que deberíamos haber salido a las tres y media. silencio. jum. silencio. bueno. Lo siento. En fin. Bienvenidos a nuestra compañía. Me llamo xxx y estoy encantado de conducirles hasta Barcelona. Hace una temperatura de unos veinte grados centígrados dentro del habitáculo, que se mantendrá hasta que lleguemos a nuestro destino de forma estable e invariable...- pienso, mientras el conductor continúa hablando ahora acerca de no sé que datos sobre la cantidad de tráfico que habrá en la carretera, que ya tengo frío y que tendré mucho más cuando se acerque la noche, llegamos a medianoche.-
16.40 "...Además este autocar cuenta con televisión y auriculares que pueden adquirirse en la parte delantera que bla, bla...-sigue sin soltar el micrófono- y también cuenta con un baño junto a las escaleras. ¡Por favor, por favor!, se lo ruego- y aquí hace una pausa grave- subrayando con la mano levantada, lo que significa que no le queda ninguna otra con la que sujetar el volante - sólo, SÓLO, para aguas menores, porque claro si ustedes..." - aquí dejo de escuchar y miro por la ventana, mientras el conductor explica con todo detalle el por qué ninguno de nosotros puede hacer "aguas mayores".
17.00. " Si algún extranjero no ha entendido esto último que venga a decírmelo y yo se lo explico con mucho gusto - no se que le hace pensar que van a entender esto último si tampoco han entendido lo anterior, pero por si acaso lo repite, además sabe un poco de francés y nos lo demuestra con unas pequeñas frases, lástima que todos los extranjeros que ocupan los asientos del autobús sean rumanos...”
17.35. “Ahora, dentro de unas horas, le cederé el asiento a un compañero mío, que además de ser una excelente persona es mucho mejor profesional que yo, un señor como la copa de un pino, que no llega tarde como yo ( ríe)– que se calle, que se calle-...”
17.55. “...este compañero les conducirá a su destino. Que si todo sale bien y dios quiere llegaremos a las doce de la noche...”
18.20. “Ya me despido no sin antes decirles que espero que hayan disfrutado del viaje, si no es así ya les digo que lo siento realmente, que no puedo añadir nada más, hagan lo que consideren oportuno. Ya les digo que siento mucho el retraso, lo lamento, pero ya les dejo con mi compañero que es mejor persona que yo. Lo siento. Silencio. Lo siento. – esto último lo dice con la voz temblorosa, ya no puede hablar- mi odio acumulado se desvanece de repente, me da pena, este hombre está muy mal.
18.25. Deja el micrófono. Silencio de esos que pululan antes de un accidente de avión.
18.26. El autobús estalla en aplausos.
18.27. El conductor llora y da las gracias


la mosquita verificando que la realidad supera la ficción. Mañana más. Que ganas de contar cosas. Zumbando morena y con sonrisa de viernes. :)

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