jueves, abril 07, 2005

SEMÁFORO EN VERDE

Se levantó con unas ganas tremendas de comer jamón serrano. Jum vaya,- pensó- mal presentimiento. La última vez que suspiró por tener ese sabor salado entre los labios le robaron la cartera. Fue en Sol. Dos ucranianos. Una navaja. Shhhjjjjj rasguño en el cuello. De repente tragó saliva y el semáforo chim pum, cambió a verde. Retrocedió unos pasos. Dejó que avanzará la niña de las coletas, el señor con sombrero, el músico y los dos perros. Y sólo cuando vio desfilar aquel trasero, aquél tremendo trasero con su ritmo anárquico. Ese par de maracas de vaivén incontrolable, trató de caminar. Pero sus piernas insistían en permanecer enterradas en aquella orilla gris sembrada de cigarros. Les concedió un segundo y medio y lo intentó una segunda y hasta una tercera vez, pero que no, que va. Que allí quieto. Que ahora espantapájaros y estatua. Y el semáforo en verde, y aquella faldita tableada que cada vez menos faldita y más horizonte, que luego punto, que sólo raya. Que nada. Que adiós a cruzar la calle. Que sus piernas estaban hartas que menos ordenes que ahora ellas mandaban. Y comprendió enseguida que era absurdo tratar de convencerles de lo contrario, que dejaría que ellas eligieran. Qué que más daba. Y dejó caer la noche, tieso, junto al semáforo que todavía en verde. Imaginando dónde demonios amanecería mañana.

La mosquita
Con ganas de saber como es eso de caminar poniendo un pie delante de otro. Buscando otros puntos de vista menos siderales. Indagando otros zumbidos que no tengan zzz qué tal tres jotas. Bjjj

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