tantas cosas que contar

degustar cincuenta cervezas
convertirte en la tarta de una despedida de soltero
pescar a un italiano
dormir de día
que te secuestren y te obliguen a comprarte un bikini de saldo sin probártelo
nadar de noche
acudir al estreno de un espectáculo sin moverte de la terraza
comer pizza en el suelo
oler a melón
que te nazcan ciento diez arrugas en la comisura de cada ojo.
ji, no se puede empezar mejor la semana.


La mosquita. disfrutando de lo lindo después de ser examinada, observada, puesta a prueba. relajá, rodeá de amigos. Ji y por fin dejo que lo sean :)

yujuuuuu he vuelto

después de revolotear por muchos sitios entendí varias cosas.

La primera.
una mosquita no debe hacer inmersiones en el mar, sin haber hecho un cursillo antes. A pesar de lo que opinen los hombres rana, el oxigeno es una cosa importante ji.

la segunda:
beber agua caliente a las cinco es un ritual muy saludable, pero amigos, deja de serlo cuando se toma sin pausa después de tres bolsas de kikos "al ajo" y un combate de palas, sobre todo, si se hace en una playa desértica habitada por un sol asesino. Nunca vuelves a ser el de antes.

Y tercera.
Todas las miradas obscenas y lascivas se lanzan desde Lisboa. Y lejos de molestar resulta de lo más placentero. NO hay trampa ni cartón. Es el aquí y el ahora, el mirar sin juegos, sin malentendidos. jum, la gloria.

Pero sin duda la mejor es volver a casa, y darte cuenta de que todo sigue igual, menos tú.

La mosquita, que con otros aires , renovada, felí por quedarse y sintiéndose más guapa por haberse liberado de la venda que le tapaba los ciento seis ojos, ea! volando más ligera. muazzzzz.
con ganitas de cuentitos.
mañana mázzzzz