jueves, octubre 28, 2004

SON MIL VOCES Y TODAS ELLAS


Cierra los ojos, se estira el alma y te apresa.
Y es que esa mujer son mil voces y todas ella.
Es la garganta del que avista tierra
El canto goloso de madre
El murmullo soleado del viento, que agitado entre sábanas de patio se vuelve ola,
Que arrastra colillas de noches largas, y deja el gustillo fresco de la sombra de árbol.
Es el aliento de mil amantes y uno solo, del que sabe y quema, del que te habita con las uñas y no te suelta.

Son mil voces mil y todas ella.

Gracias manuela.

La mosquita



jueves, octubre 21, 2004

Y SUCEDIÓ AYER

Y sucedió ayer, lo de mi pretérito digo, hubo coincidencias sin café pero con cigarrito, y un hola que tal y un ya ves y todo ojos. Y un conjugarse entre risas y un hasta la vista. Así que le he dicho al condicional que lo mejor para los dos es darnos un descanso.

la mosquita

miércoles, octubre 20, 2004

EL CONDICIONAL

Hoy me he vuelto a encontrar con mi pretérito perfecto. Últimamente me cruzo con él por todas partes y no se cómo comportarme, porque los dos sabemos y el saber ocupa lugar y el lugar es muy pequeño y a ti te encontré en la calle. Tal vez, si él quisiera conjugarse en presente simple, si los dos desconocidos, si acaso un hoy, un ahora, un todavía. Sí me bastaría con un cigarrito, un café, un qué tal, un ya ves. Pero que va, que no, que si miradas esquivas, que si un casi hola, que si un casi adiós y al final, siempre lo mismo, me limito y termino conversando conmigo en condicional. Pero no pierdo la esperanza. Quién sabe, a lo mejor, quizá, tal vez, mañana.

La mosquita.

martes, octubre 19, 2004

¿ALGUIEN SABE COMO HACER PUNTO?


La otra noche me puse a hacer punto. Pensé que sería fácil. Uno arriba, otro abajo, otro por encima, otro por detrás. Pero me di cuenta que ni idea, acabé harta, y con dolor de espalda. Total que me hice un lío, y ahora no se me ocurre como deshacerlo.

La mosquita.

lunes, octubre 18, 2004

NI SIQUIERA EL ÚLTIMO

No fuí el primero. Fuí el decimoséptimo, ni siquiera el último. Me escogió entre el deiciséis y el dieciocho, en un bar de carretera, un domingo.

Imaginé como sería conmigo, dónde y cómo nos encontraríamos, si cabalgaría yo bien entre sus dedos, la manera que tendría de acariciarme, el sabor de sus labios.
Soñaba con satisfacerla, que yo y ninguno más, que aprovechar cada instante juntos, que inseparables, que agonizar entre sus manos, pensaba. Pero no fue nada de eso. Ya digo, no fui el primero. Ni tampoco como imaginaba.

Entre cafés, sin azúcar, sin ventanas. Sucedió entre el postre y la cuenta, en mitad de una pelotera, después de un violento "Bien, te escucho". Entonces me eligió sin ganas, lo noté en seguida, apenas caricias, casi besos. Cortos, secos, sin gracia. Me hizo sentir como uno más, como otro de tantos. En resumen cuatro pitadas mal dadas, y para colmo, va a la mitad y mi apaga. Y entonces el indigno final. Lo peor que le puede pasar a un cigarrillo. Me ahogó, me mató, me enterró bajo una ramplona yema de huevo frito. Y encima sosa.

la mosquita

viernes, octubre 15, 2004

NO TENGO YO EL CUERPO COMO PARA...


Me acabo de enterar de que Copito de Nieve no era un mono polar. Que no, que era sólo tonto y albino.
Me siento tan desencantada como aquel día en que a mi Samoyedo le dió por hablar, y confesó delante de todos mis amigos que ya no me quería.
Como veréis yo no tengo hoy el cuerpo como para, a ver si tal vez.
Mañana.

La mosquita

jueves, octubre 14, 2004

LA MISMA LÍNEA VERDE, PERO NO.

Y tomé el metro como todos los días, volvía del trabajo con ganas de zapatillas, libro y café. Pero llega mi parada y no llega. Y es otra. Y la misma línea verde, pero en vez de Latina, Plaza Castilla y después Canal y Portazgo y Entrevías. Ya está, me he confundido. Pero que no, que si Barrio del Pilar, que si Ciempozuelos, que si Trafalgar nosequé, que si la Bastilla. Y yo muerta porque era la verde pero no. Y lo más absurdo es que la gente igual, el libro de stephen king que sube, la nuca de albañil que se va, la tos spray, el olor a barba de tres días, a sor, a jabón barato si hasta las mismas miradas que juegan siempre a las cuatro esquinas. Renuncio, no juego, espero. Quien sabe si la próxima parada es la mía.

la mosquita

miércoles, octubre 13, 2004

EL OTRO DÍA SIN QUERER


El otro día sin querer, fue en la playa, así sin querer, planté mis pies en la orilla y empecé a beber por los talones. Así como lo oyen. Al principio pensé que era cosa del babeo de las olas, que se me habría pegado en la suela del pie como otras veces, pero no, porque en seguida noté como la saliva del mar subía sin más por mis piernas, como bocanada ligera, tobillo, pantorrilla, corva. Se atragantó un poco en las rodillas, pero en seguida remontó el río de venas que allí se enredaban y ascendió con rapidez por el muslo, acariciando ingles, y lo que no son inglés, la oí jadear y descansar en el ombligo. Un poco liviana un poco lasciva, al rato cogió fuerzas y se derramó por cintura, pechos, codos, nuca, lengua, hasta que la noté atracar en mis labios. Cansada y salada, pero fresca. La bebí ansiosa, sin reservas. Me resultó extraño porque me supo a mí. Y nadie me había dicho que supiera a berberecho, gazpacho y patera.

la mosquita

viernes, octubre 08, 2004

INSOMNIO



Los párpados apretados, los labios comprimidos, el latir de reloj, tic, tic, tic y yo que no duermo. Provoco al sueño para que me atrape, pero nada, no le gusto. Me pongo zalamera y me revuelco entre las sábanas, a ver, a ver así. Primero una pierna, luego las dos, cuello, labios, chorro de pelo. Será presumido, vanidoso, creído. La almohada se compadece y me ayuda. Exhibimos nuestra colección de abrazos, los de andenes, los de playa, los furtivos, los que paran el mundo, los que dejan marcas. Nada. Pruebo cadera, pruebo tobillo. Melenaza. Beso al aire, suspiro. Nada que no me agarra. No se que más puedo hacer, mientras el reloj que si tic, que si tac, y para colmo, va la almohada flaquea, y se deshincha. Y yo sin sueño y sin nada. Venga, hombre ven, sólo seis horitas, tal vez cuatro. ¿Dos? Un sueño rapidito y nos olvidamos. ¿Sí?. Te prometo que no te llamo.

la mosquita

jueves, octubre 07, 2004

NO PUEDO, NO

Puedo invitar a mis amantes a un café, puedo mirarles a los ojos y decirles que no habrá más madrugadas, ni más copas de vino en la cama,ni laberinto de manos, ni masajes de pies, ni aliento, ni boca, ni hambre. Que se acabó, que ya no les quiero, que adiós. Pero lo que nunca me atrevo a decirles, es que no aguanto su sudor. Que se yo, no puedo, no.


la mosquita.

miércoles, octubre 06, 2004

HORAS TONTAS

Suele ocurrirme en otoño, durante esas horas tontas que parecen domingos. En el sofá rojo, junto al balcón, mantita, té y cigarro. De repente y así sin más, pienso en maldades.Me imagino abandonándo a mi mujer, matando a un gato, diciéndole al niñito del quinto cuatro verdades nihilistas, abucheando a un músico callejero, apadrinando palomas, robando en un comercio justo, sincerándome con mis amigos, teniéndo niños o dejándo morir de sed a mis plantas. Lo mejor de todo es que durante ese rato que miro por el balcón sin mirar, no siento ningún remordimiento, nada de nada, pura maldad, hasta que se me acaba los cigarros, el té y las ganas de mantita.

la mosquita.


lunes, octubre 04, 2004

MENUDO DISGUSTO

Hoy al llegar al trabajo me han dicho que estaba muerta. No me lo podía creer, segùn me han contado sucedió el viernes, me atraganté con una croqueta de jamón. Dicen que no sufrí demasiado, que en seguida llegó el samur y certificó mi muerte. Menudo disgusto, a ver quién recoge ahora la ropa del tinte.

lamosquita.

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